Alegrías y tristezas de Xammar

Entrada 18. La Vang obituari 1(La Vanguardia, 7 de desembre de 1973. Un obituari d’Augusto Assía)

El caso es encontrar palabras bastante simples para que Eugenio Xammar, si las oyera, no dejara caer aquel largo labio suyo y, como un látigo, lo hiciera restallar sobre nuestra vergüenza preguntándonos: “¿Pero, está usted de broma?”. Habría que tener una medida muy meticulosa de las palabras hoy, para no provocar su fácil y fulgurante sarcasmo, que no sabía de amigos ni de enemigos. Don Salvador de Madariaga dijo de Xammar que era el español más inteligente de este siglo. Ha sido, en todo caso, una de las grandes iracundias españolas de este siglo, lo cual no es decir poco.

Fue, al mismo tiempo, el mayor deleite que aportó este siglo a la conversación en catalán y en castellano, lo cual ya quizá no sea decir tanto porque la conversación anda bastante regular entre nosotros desde hace algún tiempo y desde luego, peor que la iracundia. Estas cosas de la muerte hay que tratarlas con más sencillez de lo que nos gusta aquí, y me imagino que Eugenio Xammar, del que haber sido amigo íntimo cuarenta y cinco años ininterrumpidos es una de mis ejecutorias, se habrá considerado alegre de que tome la última cuenta la tierra de La Ametlla, en vez de la tierra de Puerto Rico como a Casals.

“Xammar tuvo la vida que quiso, además de encontrar la muerte que esperaba en el sudario de la tierra catalana”

Sus amigos no tenemos tampoco por qué estar excesivamente tristes.

Xammar tuvo la vida que quiso, además de encontrar la muerte que esperaba en el sudario de la tierra catalana que amó con mezcla de pasión y humor de que sólo Eugenio Xammar era capaz. La única tristeza que uno siente es por las jóvenes generaciones que no pudieron conocerle, pero tampoco a esto puede ponérsele remedio y lo único que uno puede hacer es enviarle un abrazo a José Pla. “Usted, Xammar y yo” gusta de decir Pla, seguramente no por lo que pueda haber en nosotros de irreductibles, sino por lo que ha habido de amigos, que tampoco es moco de pavo en este país. ¿Se acuerda, querido Pla, de aquel viaje alrededor del Lago de Lausana? Yo creo que originando aquel viaje contribuí más que nadie a las alegrías de Xammar y a disipar sus tristezas en los últimos veinte años, y recordándolo yo mismo me siento hoy contento.

Una tria d’Anna Ballbona (@Aballbona)

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